El aumento de pecho con grasa es un procedimiento que crece en popularidad y es motivo frecuente de debate en nuestros congresos científicos. Sin embargo, a día de hoy, considero que, si bien la grasa tiene unas aplicaciones extraordinarias como tratamiento adyuvante a muchas cirugías, es difícil conseguir aumentar el pecho dando una forma correcta solo con grasa. Además de ese handicap, el tratamiento de la grasa debe realizarse de forma correcta, ya que de otra forma las complicaciones son innumerables.
Hoy presentamos un caso de cirugía de mama realmente complejo. La paciente había sido intervenida en tres ocasiones previamente. En la primera intervención le habían colocado unos implantes de baja calidad vía hemiareolar inferior en posición subpectoral con la mala fortuna de desarrollar una contractura capsular bilateral. Al parecer la volvieron a reintervenir, pero la contractura capsular y las molestias derivadas de la misma persistían. Se sometió a una tercera intervención en la que le propusieron retirar los implantes y reconstruirla, rellenar su pecho, con su propia grasa (injerto graso). Según nos comentó la paciente los problemas aparecieron a las 3 semanas de esta tercera operación, una vez que la inflamación del mismo fue menor, presentando grandes irregularidades de contorno y dolor localizado en ciertas zonas de la mama.
La paciente acudió a nuestra consulta en busca de una solución. Una vez explorada tuve que advertirle de la dificultad de su caso, ya que presentaba innumerables quistes oleosos dos de ellos del tamaño de pelotas de golf en la mama derecha. Los quistes oleosos son cúmulos de grasa licuada derivados de una técnica de injerto graso (lipofilling) inadecuada. Las dificultades de este caso estaban motivadas por varias circunstancias:
1) Sería la cuarta cirugía a la que se sometía la paciente. (Si bien era la primera intervención que nosotros realizaríamos)
2) La piel presentaba un espesor muy bajo con múltiples irregularidades.
3) Los quistes oleosos había que extirparlos y / o vaciarlos.
4) El complejo areola-pezón estaba distorsionado y mal posicionado.
6) Ambos pezones estaban invertidos.
Aprovechamos el abordaje inframamario que había usado en las anteriores cirugías, para retirar las cápsulas periprotésicas y los quistes profundos. Evertimos ambos pezones y remodelamos las areolas para redondearlas. Realizamos el aumento con un implante anatómico Mentor de baja altura y máxima proyección.
Se muestra el resultado al mes de la intervención donde pueden verse cicatrices recientes, en un pecho bien conformado. La paciente ha quedado muy satisfecha y me comenta: «Dr. Cabrera, el resultado es increíblemente mejor que la primera vez que me operé». Esa es siempre mi mayor satisfacción.