En ocasiones, acuden a consulta pacientes para cirugía mamaria realmente desmoralizadas con su pecho. No son obsesiones ni caprichos, no se trata de su imaginación, son realidades como la que podéis ver en el caso real que acompaña esta entrada. Reflejos que van minando la autoestima día tras días hasta acercarse a un estado psicológico marcado por la impotencia y el disgusto con la imagen propia. En este caso, el problema vino derivado de una pérdida masiva de peso de 70 kgs al menos. La consecución, con no poco esfuerzo, de un peso ideal, que debería ser motivo de alegría, quedaba empañado por unas mamas vacías y descolgadas en extremo. Y éstas restaban importancia a todo el sacrificio realizado.
No os podéis imaginar la cara de sorpresa, alegría y respiro que se dibujó en su rostro cuando el Dr Emilio Cabrera, tras una primera exploración, le aseguró que su pecho tenía solución. La resolución sería compleja pero había luz al final del túnel. Para solventarlo, se procedió a una mastopexia con implante mamario. Realizamos abordaje areolar, colocando implantes Mentor de 330 cc. Ya tras la cirugía, en la primera revisión, cuando retiramos la prenda compresora la paciente se colocó ante el espejo para ver el fruto de la intervención. La emoción afloró en su rostro y se quedó sin palabras. No es difícil ponerse en su lugar viendo el punto de partida y el resultado. Ha cambiado su vida, su aspecto; ha vuelto su sonrisa.