Hace ya más de un siglo, Henry Ford visitando un matadero en Chicago comprobó que cada carnicero cortaba y empaquetaba siempre la misma parte de las vacas (cabeza, cadera, rabo…) que avanzaban por una cinta transportadora, ahorrando mucho tiempo. A Ford se le ocurrió aplicar aquello a la industria del automóvil, instalando la primera línea de ensamblaje móvil para la producción de automóviles, bajando de doce a horas a tan solo noventa minutos en fabricar un automóvil completo.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la cirugía plástica? Realmente puede que no tenga nada que ver; o, tal vez, sí…
Es un hecho claro que desde hace un par de años la demanda de cirugía plástica se ha disparado, atendiendo todo ello a diversos factores que no viene al caso analizar en este post. En general todos los cirujanos plásticos hemos visto incrementadas nuestras consultas y alargadas nuestras particulares listas de espera para cirugía.
Sin embargo me sorprendo al comprobar como en algunos centros, generalmente poco serios, la estrategia ante esta mayor demanda de pacientes consiste en crear una especie de cadena de montaje de cirugías. Operar más pacientes en una jornada, haciéndolo todo mucho más rápido. El reloj corre igual para todos y no es posible ofrecer la misma calidad de resultados acortando la dedicación que cada caso precisa. Es algo parecido a lo que penosamente pude vivir hace unos años en un centro de Estados Unidos donde, directamente, no conocían ni a los pacientes que iban a operar. Al paciente le realizaban una valoración online previa a la cirugía y, realmente, lo conocían en la antesala del quirófano, momentos antes de la intervención. La operatoria podía ser de unos treinta pacientes por día. Evidentemente el cirujano «titular» era, con diferencia, el que menos operaba. Médicos sin titulación para cirugía plástica hacían avanzar esa cadena de montaje; cadena de montaje que lamentablemente debía tener bastantes similitudes con el matadero que Henry Ford debió ver en Chicago.
Para el éxito de una intervención no solo es importante hacerlo bien en quirófano el día de la misma, sino estudiar y preparar cada caso, conocer alpaciente y hacer un correcto seguimiento postoperatorio. Esto es lo normal, lo que debería ser. Cuando tienes cierto volumen de pacientes todo esto no es fácil, aunque tengas mucho personal de ayuda.
Espero que este post proporcione algo de luz a nuestras futuras pacientes y entiendan el porqué de nuestra política y de nuestra lista de espera. No vamos a operar más pacientes por jornada ni vamos a reducir la dedicación ni calidad que cada paciente, cada caso, necesita. El paciente, su resultado y su seguridad, siempre será lo primero. No entendemos otra forma de hacer medicina.