Ya han pasado tres meses desde que nuestras nuevas instalaciones abrieron sus puertas. Hoy queremos contaros algunos detalles para que conozcáis mejor cómo fue el planteamiento arquitectónico de este espacio, quién fue el responsable técnico del proyecto y los retos que nos marcamos con él.
La coordinación y ejecución del proyecto de la nueva clínica Cabrera ha corrido a cargo de ASarquitectos, siendo su CEO, Juan Salamanca Cabrera, el arquitecto responsable de la redacción, dirección de obra y seguimiento del proyecto de estas nuevas instalaciones. Juan Salamanca es arquitecto especializado en Urbanismo, por la Universidad de Sevilla, con estudios de especialización en proyectos arquitectónicos, diseño industrial, técnicas de la construcción, restauración arquitectónica y proyectos de estructuras.
Salamanca asegura que llevar a cabo este proyecto ha significado un gran reto, y habla del espíritu singular del espacio afirmando:“no todas las obras de construcción acaban siendo arquitectura. La Clínica Cabrera, en mi opinión, lo es.” El arquitecto afirma haber querido plasmar en esta edificación “el compromiso con las necesidades del cliente y la empatía con las de los futuros usuarios, conjugando el objetivo inicial de acomodar las múltiples exigencias de ubicación, significación, accesibilidad, privacidad, inversión… con la necesidad de desarrollar un programa funcional concreto, conformando una propuesta de arquitectura interesante y coherente con la filosofía de marca del doctor Emilio Cabrera: MENOS ES MÁS.”
El emplazamiento finalmente elegido para la clínica, en la zona residencial del Brillante (Córdoba), fue el ideal para reflejar esa coherencia e identidad entre el contenedor y los propios servicios profesionales desarrollados en él. Se ha trabajado desde la rehabilitación de un edificio existente, típico del entorno residencial en que se enclava, que no reunía las exigencias para las nuevas demandas requeridas pero que contaba con un soporte constructivo razonablemente adecuado. Juan Salamanca explica cómo “sobre él se ha actuado con determinación, explotando los recursos existentes, potenciándolos y dotándolo de todo lo necesario para convertirlo, por dentro y por fuera, en un nuevo edificio, dotado de un nuevo carácter, de una nueva “personalidad”, honesta, coherente, sosegada a la vez que con una evidente voluntad de significación”. La clínica se haya modelada exterior e interiormente por la luz natural, suficientemente abierta y amigable a la vez que íntima y privada, uno de los principales objetivos del Dr. Emilio Cabrera.
Congeniando su trabajo y los usos de la edificación, Juan Salamanca subraya sobre el proyecto: “Nos gusta pensar que éste ha sido un buen ejercicio de “cirugía plástica y reparadora”…, pero sobre un edificio.” Para el arquitecto, la construcción ha sido “exigente en la concepción y planificación previas, realizando un minucioso ejercicio de adecuación de las prácticas y soluciones profesionales “típicas” para conseguir un edificio con criterios y soluciones particularizadas no solo a la naturaleza propias de la edificación existente sino a las exigencias y pericia profesional del doctor Cabrera, dotado de un elevadísimo nivel de atención al detalle que hemos debido seguir minuciosamente, aun cuando éstas, finalmente, resulten desapercibidas incluso para los ojos bien entrenados.”
Para finalizar, Salamanca recalca que se ha tratado de “un esfuerzo continuado al servicio de las demandas del cliente sin renunciar a la utilización de un lenguaje arquitectónico honesto, haciendo un uso sencillo a la vez que contundente de la materia y la luz.”