No es extraño recibir en consulta a pacientes que presentan los llamados pezones planos o directamente pezones invertidos o invaginados. Son pezones que no tienen la forma cónica habitual proyectada hacia afuera. En el caso de los pezones planos no sobresalen de la areola (piel más oscura que rodea al pezón) ni tampoco salen hacia afuera cuando son estimulados. Los pezones invertidos aparecen un poco hundidos o directamente muy hundidos y se retraen hacia atrás, en forma de ombligo, cuando son estimulados.
Aunque los casos de esta afección no son muchos, aquellas mujeres que lo sufren tienen serias consecuencias a nivel psicológico ya que les acarrean alteraciones en su día a día, sobre todo en el plano de pareja. Estos efectos desaparecen cuando el problema se erradica y regresa la autoestima.
Una forma simple de verificar la forma de tu pezón es colocar el dedo índice y pulgar en la areola, al apretar apenas tus dedos, el pezón debe proyectarse hacia adelante. En los casos que esto no ocurre se lo denomina pezón plano pues toma una forma indefinida en la que no puede diferenciarse la areola del pezón. En cambio si al apretar la areola el pezón se hace hacia atrás, el pezón es invertido.
Ante este trastorno debes consultar a un especialista ya que hoy día las opciones quirúrgicas son las más indicadas. Existen diversas técnicas aunque todas acuden a la sección o corte de los elementos retráctiles que forman los conductos galactóforos. Cuando eliminemos estos elementos que retraen el pezón conseguiremos su normalización que no obstante habrá que reforzar mediante una sutura que les ayudará a mantenerse de forma normal.