Operar una mama tuberosa requiere de dos cuestiones fundamentales: saber diagnosticarla y tener gran experiencia en su cirugía. Dada su dificultad y singularidad solo un especialista experimentado puede ofrecer buenos resultados, por su complejidad. Esta deformidad presenta una banda constrictiva en el polo inferior de la mama y una ausencia de tejido de sostén a nivel de la areola, lo que hace posible que la glándula se hernie a través de ella. Puede afectar a uno o a los dos pechos, sin una causa conocida. Su diagnóstico suele hacerse al finalizar el desarrollo mamario. Cuando se presenta suele ser vivida por parte de las pacientes con gran ansiedad al ver que sus mamas “no son normales”.
Os resumimos en la siguiente imagen los objetivos que se persiguen con la intervención:
La cirugía de mama tuberosa requiere eliminar la banda constrictiva y reconstruir el surco submamario. Cuando se trata de grados II y III, los más graves, es actuar sobre el tejido glandular para permitir la distensión del polo inferior de la mama. Con este mismo objetivo, lo habitual es el uso de implantes anatómicos de baja altura y perfil alto que rellenen y distiendan los cuadrantes inferiores. Otro de los pasos necesarios en esta cirugía es borrar los estigmas asociados a nivel del complejo areola-pezón. En la siguiente fotografía, tomada antes de la cirugía. podéis ver todos los detalles que os hemos señalado.
Aquí se puede ver cómo la areola ha sido remodelada y realizados los cambios estructurales glandulares.
Por último en esta foto mostramos el problema ya corrregido