La blefaroplastia es uno de los procedimientos estéticos en los que se viene percibiendo un mayor crecimiento, sensación que queda ahora refrendada por un estudio de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Restauradora y Estética) que señala que su incremento ha llegado a ser de un 15%. Este ascenso en el número de la cirugía de párpados la eleva en el caso de mi clínica, Cabrera Plástica & Estética, a la 2ª posición, tras la rinoplastia.
A través de nuestra práctica diaria concluimos que coexisten diversos factores que sin duda colaboran a este ascenso. Una de ellos es el incremento de la preocupación por la estética facial y la corrección de aquellos detalles que transmiten una imagen distorsionada del rostro, sobre todo de los ojos, que siguen siendo concebidos como “el espejo del alma”. El salto que esta cirugía supone en cuanto a rejuvenecimiento casi instantáneo de la mirada y el rostro, es otro de los conceptos que mas se valoran a la hora de someterse a una blefaroplastia. Una mirada luminosa y rejuvenecida es muy valorada por mis pacientes, que suelen dar también mucha importancia a la rápida recuperación que tiene la blefaroplastia y sobre todo a la ausencia de cicatrices, de rastros de la cirugía en sus párpados. Si a todo ello añadimos que la intervención se realiza con anestesia local o sedación, y que no requiere ingreso hospitalario, la blefaroplastia se convierte en una cirugía en alza.
El objetivo de esta cirugía es la eliminación de las bolsas de grasa en los párpados inferiores y superiores, y del exceso de piel en estos últimos. No se trata solo de un contratiempo estético para el paciente, también pueden convertirse en un problema molesto e incluso influir en trastornos visuales. En este sentido recibo pacientes derivados de oftalmología cuyos párpados superiores influyen en una mala visión. Para eliminar las bolsas de grasa utilizo la técnica “no touch” (blefaroplastia transconjuntival) desarrollada por Glenn Jelks, que evita la cicatriz cutánea externa en el párpado inferior, permitiendo acceder directamente a los tres compartimentos grasos (externo, medio e interno), extirpando o reposicionando la grasa según cada caso y sin resultados de retracción palpebral postoperatorial al no seccionarse el músculo.
Os mostramos este caso de blefaroplastia superior e inferior (trasconjuntival) con su resultado a los 3 meses.